Justicia no es venganza


La justicia no es venganza, la justicia parte de la premisa no articulada de darle a cada quien lo que le toque. Mas sin embargo, la misma va arraigada a hacerse conforme a derecho y al ordenamiento jurídico imperante; tomando en cuenta la ley natural o “iusnaturalismo” como principios básicos.


Parte del proceso y mecanismo de hacer justicia es la abstracción emocional de la situación imperante y lograr aplicar unos procedimientos ó estándares procesales uniformes que lleven a determinar la culpabilidad o inocencia de una persona, basado en unas directrices sustantivas.


Por lo que, al hacer esta aplicación metódica y sistemática del proceso judicial se protege tanto a la victima, como al acusado de un proceso no justo. Basado en esta premisa es que es esencial darle todas las protecciones constitucionales al acusado para evitar abusos contra los ciudadanos de una sociedad.


Es por esta razón, que es peligroso estar pidiendo venganza o castigos instantáneos en dizque pro de la justicia; cuando el mismo no es diferente al utilizado por fanáticos religiosos que aterrorizan pueblos en dizque en pro de Dios, la verdad o la salvación.


Estos, son los momentos esenciales y medulares en el que hay que salvaguardar nuestro sistema de justicia y permitir que fluya el proceso de principio a fin. Salvaguardando los derechos de la victima y los del acusado.


Sin permitir, nosotros como sociedad, que se nos nuble el alma, corazón y pensamiento de ira; y matemos de un zarpazo las únicas protecciones que tenemos como ciudadanos. Protecciones que se han logrado con sangre, sudor, tenor y a través de siglos de desarrollo.


No podemos volver, a los juicios en plaza públicas con decapitaciones dominicales. Ser civilizados cuesta; su precio es mantener las emociones a raya y permitir que el proceso fluya.


¡Justicia no es venganza!











Publicado: 17-Agosto-2007

Periódico: El Nuevo Día

Sección: Voces

Justicia no es venganza


La justicia no es venganza, la justicia parte de la premisa no articulada de darle a cada quien lo que le toque. Mas sin embargo, la misma va arraigada a hacerse conforme a derecho y al ordenamiento jurídico imperante; tomando en cuenta la ley natural o “iusnaturalismo” como principios básicos.


Parte del proceso y mecanismo de hacer justicia es la abstracción emocional de la situación imperante y lograr aplicar unos procedimientos ó estándares procesales uniformes que lleven a determinar la culpabilidad o inocencia de una persona, basado en unas directrices sustantivas.


Por lo que, al hacer esta aplicación metódica y sistemática del proceso judicial se protege tanto a la victima, como al acusado de un proceso no justo. Basado en esta premisa es que es esencial darle todas las protecciones constitucionales al acusado para evitar abusos contra los ciudadanos de una sociedad.


Es por esta razón, que es peligroso estar pidiendo venganza o castigos instantáneos en dizque pro de la justicia; cuando el mismo no es diferente al utilizado por fanáticos religiosos que aterrorizan pueblos en dizque en pro de Dios, la verdad o la salvación.


Estos, son los momentos esenciales y medulares en el que hay que salvaguardar nuestro sistema de justicia y permitir que fluya el proceso de principio a fin. Salvaguardando los derechos de la victima y los del acusado. Sin permitir, nosotros como sociedad, que se nos nuble el alma, corazón y pensamiento de ira; y matemos de un zarpazo las únicas protecciones que tenemos como ciudadanos. Protecciones que se han logrado con sangre, sudor, tenor y a través de siglos de desarrollo.


No podemos volver, a los juicios en plaza públicas con decapitaciones dominicales. Ser civilizados cuesta; su precio es mantener las emociones a raya y permitir que el proceso fluya. ¡Justicia no es venganza!



By

Richard Martinez, MBA

Ingeniero y Abogado